En la Junta de Vecinos Alianza se desarrolló un curso de costura gracias al trabajo en conjunto con el Club de Sordos Los Cóndores, donde 25 mujeres se capacitaron con la finalidad de poder desarrollar sus propios emprendimientos, en el marco de los proyectos adjudicados por el Fondo Social y Solidario de Teck en Alto Hospicio.
Ana García, presidenta de la Junta de Vecinos Alianza y coordinadora del club, explicó que lleva años trabajando por la integración de las personas sordas en Iquique y Alto Hospicio. Por esta razón presentó este proyecto donde 13 mujeres en primera instancia participaron en un taller de lengua de señas, para posteriormente integrarse con 12 mujeres sordas y en conjunto realizar el curso de costura.
“Es costura básica, para que los chicos y las señoras pudieran aprender a coser, para que después ellos tengan su propio emprendimiento. Yo lo hice con esa mirada, para que ellos pudieran trabajar cuando termine esto (…) puedan hacer bastas, sábanas, cortinas, cosas que sean no tan complejas para ellos y el resultado ha sido bueno, porque con la intérprete se han manejado súper bien y con las otras chicas que ya son oyentes igual”, explicó Ana.
Este proyecto se desarrolló gracias al Fondo Social para el Desarrollo, iniciativa impulsada por Teck Quebrada Blanca en conjunto con los municipios de Alto Hospicio, Pica y Pozo Almonte y ejecutada por la Fundación Centro Universitario para la Innovación, para apoyar iniciativas presentadas por distintas organizaciones sociales de dichas comunas.
Para Ana García, es muy importante que la empresa privada se involucre en las problemáticas de la comunidad y valora que las herramientas adquiridas con este proyecto (máquinas de coser) sean entregadas a cada participante que, a partir de este entrenamiento, ya cuentan con la preparación para emprender en oficios de costura.
“Yo lo hice con esa mirada, para que las personas se lleven la herramienta de trabajo y puedan trabajar en sus casas (…) Con los recursos compramos tres máquinas Overlock y 25 máquinas de coser”, comentó la dirigente vecinal.
Finalmente, las asistentes al taller pudieron socializar gracias al curso de Lengua de Señas, que les permitió comunicarse entre ellas. “Las chicas sordas se sintieron incluidas”, finalizó Ana García.
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